miércoles, 5 de agosto de 2015

Motivación - ¿Por qué viajar?


Probablemente no hay lugar más apropiado que un aeropuerto para explicar los motivos de este viaje. Concretamente, el mayor hub de Europa y el que ha sido casi como mi segunda casa estos últimos años: Frankfurt Airport, el cual me conozco de memoria de las ya incontables veces que me he recorrido sus terminales. A veces, en tiempo récord.

Los que me conocéis sabéis que hace tiempo ya que me contagié con el síndrome del eterno viajero. Empecé guiado en los viajes en familia, continué con el turismo (etílico-festivo podría decirse) por ciudades europeas con amigos en los años de universidad y Erasmus, y me consagré con los greatest hits de los últimos años (Perú 2012, Tailandia 2013, Islandia y USA 2014). Sin embargo, ninguno ha sido, ni será, tan ambicioso como este.

Iba a escribir acerca de la rutina del trabajo, de la monotonía de la vida encarrilada, de esos tópicos que los autores de blogs de viajes que se ganan la vida con ello tanto nombran. Se podría aplicar a mi caso con bastante certeza. Pero no sería justo decir que dejo Alemania por el viaje, eso sería más bien postureo. La decisión de volver a Madrid se debe a otros criterios, y el aprovechar la oportunidad de no tener una fecha de regreso marcada en el calendario (en la teoría) era, y es, una gran motivación. Una de muchas.

Ser un viajero y no un turista. Conocer otras culturas, otras formas de vivir y entender la vida a través de la gente local. Disfrutar de la libertad de elección que da la improvisación y la espontaneidad de no tener nada más planificado que el avión. Dejar atrás la tranquilidad del grupo y los prejuicios de la soledad. Ponerme a prueba en situaciones inimaginables en nuestra zona de confort. En definitiva, en lo que todos los viajeros en solitario coinciden y que ilusiona y asusta a partes iguales: conocerte a ti mismo. (Y, ¿qué será eso exactamente?)

Esta era una experiencia que no quería dejar de hacer una vez en la vida. Muchos pensarán que es un lujo, una imprudencia, o un derroche de dinero. Para mí, un lujo es vivir a crédito, una imprudencia es no aprovechar el aquí y el ahora, que es lo único seguro, y un derroche de dinero es un Mercedes o un BMW.

Como dice el vídeo: ya habrá tiempo de asentarse y de formar una familia. O no. De aprovechar las dos o tres semanas de vacaciones al año para seguir descubriendo mundo, mientras la economía y la salud lo permitan.



En la próxima entrada os presento la ruta. Que se me echa el tiempo encima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario